lunes, 19 de julio de 2010

EL VENENO DE LAS ABEJAS Y LA INMUNOGLOBULINA DE TIPO E (Ig E)

                          La Inmunoglobulina E ( IgE).

  La IgE es una proteína anticuerpo, es uno de los cinco tipos de anticuerpos que se hallan en el humano ( Ig M, Ig A. IgG, IgD e IgE) .
  La IgE es el principal mediador de las reacciones alérgicas y anafilácticas, tales como el asma, la rinitis, la dermatitis atópica y las reacciones alérgicas a alimentos fármacos o picadura de insectos.
  Las personas alérgicas producen IgE específica para cada uno de los alergenos a los que son sensibles. Normalmente los niveles de IGE total en sangre son superiores en las personas alérgicas que en las no alérgicas.
  El anticuerpo llamado IgE puede bloquear compuestos químicos como los que están contenidos en el veneno de as abejas.


  Con la evolución de la humanidad ha cambiado drásticamente nuestro entorno y nuestro modo de vida, especialmente en los últimos 100 años. Hoy en día el aire que respiramos, el agua que consumimos y casi todo lo que tocamos de algún modo es distinto a lo que experimentaron nuestros antepasados. Es evidente que nuestro sistema inmunitario no evolucionó para hacerle frente a la vida diaria moderna y es por eso que surgen anomalías o desequilibrios funcionales que hace un siglo no existían.
 
 Actualmente, entre las enfermedades humanas más prevalecientes destacan las afecciones alérgicas como el asma la fiebre del heno, la dermatitis, y las reacciones alérgicas a los alimentos, que afectan a un total de entre 10 y un 40 % de la población en los países industrializados.

 La causa de la mayoría de las enfermedades alérgicas se haya en reacciones de hipersensibilidad inmediata del sistema inmunitario y E principal responsable es la IgE.


  Desde que se descubrió en 1968, el papel que tiene la IgE como factor contribuyente de las enfermedades alérgicas ha quedado firmemente establecido, mientras que su función inmunitaria beneficiosa parece limitarse a combatir las infecciones causadas por parásitos.


  Se sabe que el sistema inmunitario contiene unos mecanismos funcionales redundantes que se solapan unos a lo otros. Parece que la ige, que probablemente desempeñó un papel preponderante en la supervivencia y la evolución de muchos animales incluso nosotros mismos, es ahora prácticamente prescindibles, por esa razón los investigadores se han centrado durante años en la vía del proceso bloqueador de la IGE como una forma de poder intervenir Contra las enfermedades alérgicas.


  Las células plasmáticas derivadas de una población muy pequeña de linfocitos B que expresan IgE son las que producen la inmunoglobulina E. Esta fluye por la sangre y se une con fuerza a los receptores de superficie de dos tipos de células – los basófilos y los mastocitos . Vistas a través del microscopio, estas células tienen el aspecto de bolsas redondas llenas de vesículas mucho más pequeña llenas de histaminas, leucotrienos, criptaza y otros mediadores de la inflamación.

  Los basófilos se encuentran en la sangre y los mastocitos pueblan las paredes de los tractos respiratorios y gastrointestinal y también aparecen debajo de la piel, por esto último es de suma importancia que no aparezcan cuando se aplica la apiterapia.


  Durante una reacción alérgica de un paciente sensibilizado por grandes dosis, las moléculas del veneno cruzan el epitelio y se unen a la IgE especifica del alérgeno en la superficie de los mastocitos y basófilos esta acción hace que se liberen los mediadores que activan la descarga de las vesículas de histaminas, estos mediadores específicos son los responsables de muchos de los síntomas alérgicos como la inflamación de la mucosa nasal en la rinitis alérgica, y la constricción bronquial e inflamación pulmonar en casos de asma.

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